Hay muchas historias sobre autos famosos, pilotos exitosos o carreras memorables. Pero cada vez que hablaba con un cliente en una exposición, me contaban historias que habían vivido ellos mismos, en sus autos, motos o navegando.
Y me empezaron a interesar mas esas historias. Historias de relaciones entre padres e hijos, del auto de la infancia o del que perdieron y decidieron buscar.
Así fue como incorporé la caligrafía a la acuarela, para que cualquiera que vea el cuadro, sienta además algo de esa historia.
Y para que su dueño tenga un homenaje hecho arte.